miércoles, 3 de noviembre de 2010

Presentación



   Nací en 1960 en Palamós, una pequeña ciudad costera al norte de Barcelona, la región de donde yo soy es conocida por la Costa Brava, un litoral hermoso y altamente turístico.
   De muy pequeño ya desarrollé habilidades para el dibujo y la pintura, destacaba por encima de mis compañeros pero anecdoticamente durante varios cursos de mi bachillerato suspendí en estas materias, yo creo que tenía habilidad y terminaba pronto mis quehaceres, entonces me pasaba la clase enredando y molestando a mis compañeros.
   Mi familia eran empresarios de barcos de pesca y pronto tuve que estar al lado de mi padre para ayudarle, no me gustaba ese mundo de la pesca y creo que como escape practicaba mi habilidad con el dibujo, siempre tuve la tendencia de guardar cosas y conservo numerosos dibujos de esa época, pero también tengo unos dibujos de cuando tenía solo 9 años, pues cuando murió mi abuela materna, personaje que adoraba al igual que todos sus nietos, tuve que arreglar su casa y encontré entre las hojas de un libro viejo cuatro dibujos mios, siempre le agradeceré que guardase esos dibujos que ahora para mí son mas preciados que un tesoro.
   El último barco que tuvo mi padre fue una ruina para él y aunque yo había dejado parte de mi juventud en esa empresa, realmente me sentí liberado de un trabajo que me absorbía mucho.
   Mi formación en dibujo y pintura ha sido autodidacta desde entonces, en una época acudí a las sesiones de dibujo del Circulo Artístico de Palamós, que en los días de desnudo femenino no había sitio donde plantar mi caballete y en las salidas a exteriores el profesor se pasaba las mañanas charlando con las alumnas cincuentonas de los chismes del mercado, y sobretodo recuerdo que los socios de mas edad miraban por encima del hombro a los jovenzuelos como yo, aunque realmente no dejaba de ser un sitio simpático.
   Como siempre he sido bastante independiente no tarde en buscar mi propio camino y a los 25 años hice mi primera exposición individual en una sala de mi ciudad que se llamaba "La Pinacoteca" el dueño se llamaba Antonio y llevaba los bigotes como Salvador Dalí, eso le valió el apodo de Dalí, esa muestra consistió en óleos y dibujos de tema marinero, era clara la influencia del puerto de mi ciudad, del paisaje de mi tierra y también de los óleos de marinas y barcos veleros que había podido admirar en el cuartel donde hice mi servicio militar. De todos modos yo buscaba mi estilo y a veces pensaba que nunca encontraría una forma de expresarme que me caracterizara y en la que me sintiese verdaderamente cómodo, por eso es que no solo pinté veleros y paisaje marino en esa época, sino que navegué por muchos estilos y casi siempre a la deriva.
   En el año 1987 visité Egipto y quedé fascinado del país, era la primera vez que viajaba a un lugar tan diferente de mi entorno, solo con poner el pié fuera del hotel el mundo se aparecía tan diferente en las personas de diferente raza, los colores, los olores... y hubo tantas cosas que me impresionaron que en esas vacaciones me pareció que estaba en un paraíso, hubo dos cosas que me sobrecogieron mucho, una fue ver la luna en forma de U y no de C como la había visto siempre en Europa y la otra fue la paz que se sentía al navegar por el Nilo, yo que había navegado tanto por mar y el oleaje hacía oscilar el barco, en el  gran río el agua siempre estaba quieta y la luz cegadora del sol se reflejaba en ella, pero el encanto también consistía en la inmensidad del cielo y el desierto y las panorámicas de las orillas, por ejemplo al zarpar de Luxor se vieron los colosos de Mennón a lo lejos, pequeñitos, y tan inmensos que los habíamos visto un par de días antes cuando fuimos a visitarlos.
   Aunque el mundo árabe me subyugó no fue hasta un par de años depués que empezaba a pintar esos temas, me gustaba plasmar las caras, los ojos, por ese entonces fue cuando conocí a Michael.
   Una inundación en mi estudio hechó a perder muchos cuadros y dibujos de esa época, por eso me traslade a un almacén que tenía mi abuela, los techos eran muy altos y podía tener colgados todos mis cuadros, recuerdo como Michael revisaba mis blocs de dibujos y se entretenía contemplando los óleos colgados, yo percibí su gran interés y como persona que venía de otro país y que había conocido muchas cosas me enseñó muchos sitios del mundo, y también me hizo sentir que yo era bueno en lo que hacía.
   Durante ese tiempo hice mis mejores exposiciones hasta ahora, en Barcelona, en Madrid y también en mi ciudad y fue cuando adquirimos el local donde abrimos la galería de arte.
   El tema de mis cuadros fue descendiendo por la geografía del África desde las culturas árabes del Magreb hasta los pueblos de la franja Subsahariana, la tez de mis personajes se oscureció y al mismo tiempo fue perdiendo vestimenta y ganando en avalorios de cuentas, tocados de plumas y dibujos de colores pintados en el rostro y cuerpo, cada vez los cuadros eran mas osados en movimiento, tonalidades y cada vez se iban cargando mas de erotismo, lo que hacía que me sintiera mas satisfecho con mi aprendizaje y mis logros.
   La galería de arte solo funcionó un año, cerramos porque consideré que no teníamos los beneficios que cabía esperar, pero al menos habíamos hecho una buena inversión en el local, de todos modos me aportó mucha experiencia y amigos y un montón de anécdotas que contar.
   Michael se quedó a vivir en Dubai y yo en Barcelona anduve un tiempo a la deriva en varios trabajos, hasta que una serie de circunstancias me llevó a montar una cafetería con Juan, en las paredes del local también colgué mis cuadros y también vendí muchos, desafortunadamente tenía que dedicar todo mi tiempo a ese negocio y entonces supe que si se dispone de tiempo no se dispone de dinero y que solo cuando el trabajo te absorbe es cuando te ganas la vida, mi pensamiento de entonces era trabajar hasta el fin de contrato del local de la cafetería y luego marcharme a vivir a Perú.
   Aunque llevaba muchos años en España, Juan había nacido en Perú, de como él me hablaba de su país yo lo imaginaba parecido a Egipto, un país de una cultura milenaria, una cultura mas reciente, exótico, donde se hablaba español, un sitio ideal para poder pintar otra vez.
   Llegué a Lima hace casi dos años y medio y no se puede dudar que este país ofrece un enorme abanico de temas a los ojos de cualquier artista, paisajes, música, costumbres, colores, monumentos, miradas, sonrisas... Yo sentía mucha curiosidad por las culturas precolombinas, ya que siempre me han intrigado los misterios de la historia y venero con desmesurada pasión lo que nos legaron los antiguos, y quizás por el paralelismo con mi última étapa africana fue que me sentí atraído por los pueblos amazónicos.
   Después de años de poca actividad fue emocionante poder tener un nuevo estudio, pero al verme otra vez delante de un lienzo, me dí cuenta de que había perdido la mano con los lápices y los pinceles y entonces empezó una dura étapa para recuperar mi antigua soltura.
   Tampoco me resultó fácil adaptarme al nuevo país, a pesar de hablar el mismo idioma y tener tantas cosas parecidas, hay pequeñas diferencias en todo que se acumulan y hacen que la diferencia sea grande, pero con los días y sin apenas darme cuenta fui aclimatándome y también los dibujos y esbozos iban adquiriendo una calidad parecida a la de antes y al mismo tiempo que recordaba mis técnicas, descubría las diferencias físicas entre la gente africana y la de Sudamérica, quizás el reto mas difícil fue conseguir el pliegue del párpado inferior, que dibuja siempre una sonrisa en su mirada, una vez lograda esta expresión ya me decidí a buscar un tema que me pareciese atractivo para una muestra, y después de muchos ensayos casualmente descubrí que los cazadores y pecadores del Amazonas, con su arco y flechas, lo mítico de su destreza, su concentración en la mirada y la tensión de sus músculos podría ser muy interesante de plasmar.
   Cuando llegó a mis oídos la leyenda de los Machuguengas que hablaba de la serpiente que bajó del cielo y les enseñó el manejo del arco y las flechas, se me ocurrió que el título de la muestra podría ser "Discípulos de Márengue" y así fue que muy apoyado por Miguel y Lily y muy consciente de que me falta aprender mucho sobre estos pueblos de la Amazonía, expuse por primera vez en Perú en los locales de Epicentro, una entidad pro enfermos de Sida.

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